Por el bienestar de los perros
Noviembre 2011
Con ocasión del año de su centenario, la Fédération Cynologique Internationale confirma
su misión mundial: proteger la salud canina con el fin de fomentar las relaciones
entre humanos y perros gracias a sus actividades internacionales. A través de sus
86 miembros y socios contratantes (un miembro por país), la FCI se preocupa del
bienestar de todos los perros del mundo. Asimismo, considera que la salud, el temperamento
y el comportamiento son puntos fundamentales para alcanzar este bienestar, por lo
que promueve actividades y deportes caninos que estima beneficiosos para los perros.
Estos visiones y valores, reconfirmados este año 2011, un siglo después de su fundación,
están respaldados por el objetivo estatutario de la FCI, que es «alentar y fomentar
la cría y uso de perros de pura raza cuya salud funcional y características físicas
cumplen los estándares de cada raza y que pueden trabajar y realizar diferentes
funciones conforme a las características específicas de su raza (…) en los países
donde la FCI cuenta con un miembro o socio contratante». Una de sus tareas es respaldar
el mundo y el bienestar canino a nivel mundial gracias a una ética sólida, a la
creciente investigación científica y al intercambio no lucrativo de información
cinológica. En cualquier circunstancia, el bienestar de los perros debe ser la prioridad
máxima en un contexto de principios de juego limpio y objetivos humanitarios donde
cualquier forma de discriminación está estrictamente prohibida (Estatutos, artículos
2-3-4).
Esta preocupación por el bienestar implica que cualquier miembro o socio contratante
puede negarse a (re)inscribir en su registro genealógico a un perro que sufra defectos
hereditarios o que presente defectos contrarios al artículo 2 de los Estatutos,
o a un perro que no cumpla las normas de selección definidas por el miembro o socio
contratante en cuestión (Reglamento, artículo 8, punto 5). Del mismo modo, los miembros
y socios contratantes no están obligados a emitir certificados de pedigrí a cachorros
resultado del apareamiento de perros que no cumplen los estándares de cría de la
FCI (Reglamento, artículo 8, punto 14). Los certificados de pedigrí emitidos por
un miembro o socio contratante de la FCI son «documentos que prueban que los cachorros
han nacido de padres de pura raza de la misma raza» (Reglamento, artículo 8, punto
13). Esta preocupación por la autenticidad imposibilita que un certificado de pedigrí
emitido de forma incorrecta se incluya automáticamente en un registro genealógico
reconocido de la FCI (Reglamento, artículo 8, punto 5).
La cría y el desarrollo de razas caninas deben basarse en objetivos a largo plazo
y en principios sólidos, de forma que la cría no resulte en enfermedades, temperamentos
negativos o ausencia de habilidades de trabajo.
La cría debe cumplir el objetivo de proteger y preferiblemente ampliar la diversidad
genética (poligenicidad) de las razas.
Solo los perros funcionalmente sanos deben utilizarse para la cría. Todos los criadores
son responsables de la selección de los perros para cría con el fin de determinar
si dichos animales son apropiados mental y físicamente para la reproducción.
El criador debe garantizar que los animales que pretende utilizar para la cría tienen
un temperamento estable y se encuentran en buen estado físico.
Mientras el cachorro esté al cuidado del criador, este deberá garantizar un entorno
beneficioso desde el punto de vista mental y físico para el cachorro con el fin
de asegurar su adecuada socialización (Reglamento, artículo 12).
La cría solo puede llevarse a cabo con perros de pedigrí que tengan un temperamento
estable y que estén sanos desde el punto de vista funcional y hereditario. Los únicos
perros que pueden considerarse sanos desde el punto de vista hereditario son aquellos
que transmiten características estándares de raza, tipo de raza y temperamento típico
de su raza sin manifestar ningún defecto hereditario importante que pueda perjudicar
la salud funcional de sus descendientes. Por tanto, es necesario evitar cualquier
exageración de las características de raza en los estándares que pudiera resultar
en un deterioro de la salud funcional de los perros. No se puede criar perros con
faltas descalificantes.
En cuanto a los defectos hereditarios, por ejemplo displasia de cadera o atrofia
progresiva de retina, los miembros y socios contratantes de la FCI están obligados
a registrar a los animales afectados, combatir dichos defectos de forma metódica,
registrar constantemente su desarrollo e informar a la FCI sobre el asunto cuando
esta lo solicite.
La Comisión Científica de la FCI respalda la evaluación de los defectos hereditarios
y colabora para combatirlos. Con este objetivo, la Comisión puede publicar un catálogo
de medidas que se convertiría en vinculante de ser adoptado por el Comité General
de la FCI.
Los miembros y socios contratantes de la FCI deben redactar sus propias normas de
cría basándose en las normas de cría de la FCI, donde se exponen los objetivos de
la cría canina. Estas normas deben tener en cuenta las características específicas
de trabajo de cada raza.
Los vendedores y criadores de perros se consideran personas centradas en la compra
y venta de perros con el fin de obtener un beneficio económico sin tener en cuenta
el bienestar individual de los perros. Por ello, no tienen permiso para dedicarse
a la cría canina bajo el patrocinio (responsabilidad) de un miembro o socio contratante
de la FCI (Normas Internacionales de Cría, preámbulo 1).
Como norma, los cachorros se venden y traspasan a una persona privada a cuyo nombre
debe expedirse el certificado de pedigrí de exportación (Normas Internacionales
de Cría, punto 15, aspectos básicos).
Los jueces de exposición de la FCI son responsables de la elección y ubicación de
los mejores perros en cada raza, permitiendo así que estos perros sean la base del
acervo genético individual de la raza, así como las herramientas para la cría selectiva
de todos los criadores caninos responsables. Ellos contribuyen de forma proactiva
y valiosa a la salud y al bienestar caninos, y también a la cría canina responsable.
Desde este punto de vista, los jueces de exposición asistirán a reuniones de información,
formación y educación continua.
Deberán cumplir el Código de compromiso de los jueces de exposición de la FCI con
el bienestar de los perros de pura raza, así como las circulares e instrucciones
específicas de la FCI sobre salud y comportamiento.
Para la protección y mayor desarrollo de las razas que se encargan de juzgar, los
jueces de exposición deben considerar, además de las cualidades de conformación
y movimiento, los aspectos sanitarios de la raza o el perro, así como su idoneidad
para la funcionalidad. Esta evaluación debería reflejarse claramente en su crítica
del perro.
De ninguna manera se tolerará el comportamiento agresivo o ansioso de un perro durante
la valoración del juez. De suceder, resultará en la descalificación del perro en
cuestión.
La valoración debe tener en cuenta que las características extremas que pueden causar
problemas de salud, comportamiento o movimiento deben castigarse con severidad (Código
de compromiso de los jueces de exposición de la FCI con el bienestar de los perros
de pura raza).
No deben interpretar ningún estándar de forma que entre en conflicto con la salud
funcional del perro (Normas de los jueces de exposición de la FCI).
El bienestar de los perros debe ser la PRIORIDAD MÁXIMA en todas las exposiciones
caninas (Normas de exposición de la FCI). La mayor parte de estas directrices, que
aparecen en los Estatutos de la FCI, en el Reglamento de la FCI, en las Normas Internacionales
de Cría de la FCI, en el Código de compromiso de los jueces de exposición de la
FCI con el bienestar de los perros de pura raza, en las Normas de exposición de
la FCI y en las Normas de los jueces de exposición de la FCI, se incluyeron en las
ESTRATEGIAS INTERNACIONALES DE CRÍA DE LA FCI, aprobadas por el Comité General de
la FCI en Madrid, en febrero de 2010.
Suponen un gran avance después de un siglo de trabajo por la protección y mejora
de las razas caninas en todo el mundo, y son el punto de partida de la FCI hacia
un nuevo siglo por el bienestar de los perros DE TODO EL MUNDO.
F. Denayer
Expresidente de la Société Royale Saint-Hubert